Cuando un grupo de amigos no enrolados en ningún equipo se reúnen para
jugar, tiene lugar una emocionante ceremonia destinada a establecer
quiénes integrarán los dos bandos.
Generalmente dos jugadores se
enfrentan en un sorteo o pisada y luego cada uno de ellos elige
alternadamente a sus futuros compañeros. Se supone que los más diestros
serán elegidos en los primeros turnos, quedando para el final los
troncos. Pocos han reparado en el contenido dramático de estos lances.
El hombre que está esperando ser elegido vive una situación que rara vez
se da en la vida. Sabrá de un modo brutal y exacto en qué medida lo
aceptan o lo rechazan. Sin eufemismos, conocerá su verdadera posición en
el grupo. A lo largo de los años, muchos futbolistas advertirán su
decadencia, conforme a su elección sea cada vez más demorada.
Manuel
Mandeb, que casi siempre oficiaba de elector, observó que sus
decisiones no siempre recaían sobre los más hábiles. En un principio se
creyó poseedor de vaya a saber qué sutilezas de orden técnico, que le
hacían preferir compañeros que reunían ciertas cualidades.
Pero un
dia comprendió que lo que en verdad deseaba era jugar con sus amigos
mas queridos. Por eso elegía a los que estaban más cerca de su corazon,
aunque no fueran tan capaces.
El criterio de Mandeb parece apenas
sentimental, pero es tambien estratégico. Uno juega mejor con sus
amigos. Ellos serán generosos, lo ayudarán, lo comprenderán, lo
alentarán y lo perdonarán. Un equipo de hombres que se respetan y se
quieren es invencible. Y si no lo es, mas vale compartir la derrota con
los amigos, que la victoria con los extraños o indeseables.
Maravilloso texto de Dolina, en la voz del gran Alejandro Apo: http://www.youtube.com/watch?v=ppieCjunenU
Este texto es GENIAL!! definitivamente el modo en que lo ludico y lo agonistico se juegan en "un picado" Esta genialmente descripto aqui! Un maestro Dolina...
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