jueves, 21 de noviembre de 2013

EL CUENTO POLICIAL

Excelente clase sobre "el cuento policial", en un video de Canal Encuentro presentado por el gran Luis Pescetti, con invitados importantes (clic en el siguiente enlace):
http://www.youtube.com/watch?v=1-vUuOmFtTY

martes, 12 de noviembre de 2013

JUANA BARRIO: APUNTE CALLEJERO DE UN OTOÑO ROJO

Porque entre nuestras cosas también hay textos de jóvenes escritores, en este noviembre empezamos a compartir producciones literarias de dragones que recién se asoman al mundo de la tinta y el papel. Hoy: Juana Barrio.



APUNTE CALLEJERO DE UN OTOÑO ROJO

 Leía mientras el transporte público avanzaba. Mi mente estaba completamente sumergida en las imágenes que la lectura me brindaba. No había afuera, solo yo, mi libro y mi mente teñida por él. Eso me gustaba.

Hubo un punto y aparte. Suspiré. Miré por la ventanilla y ahí estaba, tan claro, el otoño: una pila de hojas con colores fogosos, veredas cubiertas como de alfombras mullidas, una niña con botas rojas y saco marrón… Bastaba con mirar el cielo para reconocerlo.

Entonces alguien, adelante, abrió su ventanilla. Lo hizo apenas pero bastó para que el viento barriera la última imagen del libro en mi memoria. Viento que me inundó la cara y me cegó por un momento. Ahora solo había otoño en mi mente, lo que trajo recuerdos de olores del campo, su paisaje, sus ruidos… Como si el caserío que me rodeaba se hubiese convertido en el claro paisaje de los terrenos amplios de las afueras de la  ciudad.

Suspiré y volví a teñir mi mundo con las imágenes del libro. Volví a fugarme del paisaje del presente otoño, pero una copa de árbol rojo me hizo volver. Aquel rojo, aún común en esa época me llamó poderosamente la atención. Una nueva brisa me inundó los ojos y tiñó mi mente de nuevas imágenes, esta vez rojas y de recuerdos colorados; rojo amor, rojo furia, rojo cielo, rojo pasión, rojo sangre, rojo celos, rojo maría…

“María”… Suspiré.

Los libros me alejaban de ella, era mi único escape para no verla en todos lados. Pero el otoño la traía de vuelta…

¡Esa perra!

Mi mente se tiñó de Rojo furia y los árboles de repente eran todos rojos con especiales tonos amariados… y maría estaba en todas partes. Sentí el rojo de mi sangre fluyendo. Odio, furia y angustia recorriendo mi cuerpo, y me teñí de aquel color mientras apretaba mis puños con fuerza…

-          ¿Se encuentra bien señor?- Me dijo una mujer mayor, que percibió mi raro estado colorado. La miré.
-          Si. Solo tengo un poco de maringitis- respondí, y ella asintió como si entendiera.

Entonces suspiré y volví a tomar el único remedio para mi sufrimiento… seguí leyendo.